En medio del ruido, la prisa o la tensión, tu respiración es la herramienta más accesible para recuperar la calma
Esta técnica exprés de tres pasos está pensada para esos momentos en los que sientes que tu mente se acelera y el cuerpo se tensa.
Paso 1 – Detente. Encuentra un lugar, aunque sea tu asiento, donde puedas quedarte quieto un instante. Reconoce cómo está tu cuerpo sin juzgarlo.
Paso 2 – Respira profundo. Inhala por la nariz contando mentalmente hasta 4, siente cómo tu abdomen se expande. Mantén el aire por 2 segundos. Exhala por la boca lentamente contando hasta 6.
Paso 3 – Repite y visualiza. Hazlo 3 veces. Con cada exhalación, imagina que expulsas tensión y que tu cuerpo se llena de un color suave que te transmite paz.
La ciencia respalda que la respiración consciente activa el sistema nervioso parasimpático, ayudando a disminuir el ritmo cardíaco y relajar los músculos. No necesitas más que un minuto para sentir la diferencia.
Practicar este mini-ritual a lo largo del día te ayudará a responder con más calma y claridad ante cualquier situación.